La industria automotriz mexicana enfrenta incertidumbre debido a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, lo que ha generado preocupación entre los trabajadores, especialmente en plantas como Stellantis en Toluca y Saltillo. Aunque la empresa ha asegurado que no habrá despidos, los empleados han notado una reducción en la producción debido a problemas con el suministro de componentes de acero. En Coahuila y otros estados, aunque algunas líneas de producción se detendrán, las plantas seguirán operando en otras actividades, como mantenimiento y capacitación, sin cambios significativos en el empleo.
En Puebla, la situación también genera incertidumbre, especialmente en la planta de Volkswagen, donde algunos trabajadores temen recortes de personal debido a la posible reducción de exportaciones a Estados Unidos. Sin embargo, el sindicato de VW aún no ha recibido información oficial sobre ajustes en la plantilla. Por su parte, los trabajadores de Nissan en Aguascalientes, otra zona clave de producción automotriz, se enfrentan a despidos en algunas plantas debido a la reestructuración de líneas de producción. Los sindicatos en la región han solicitado al gobierno federal intervenir para mitigar los efectos económicos de los aranceles.
Por otro lado, San Luis Potosí se presenta como un estado privilegiado para la inversión extranjera, ya que empresas como General Motors y BMW no han suspendido su producción y siguen con planes de expansión. Estas compañías generan miles de empleos directos e indirectos en la región, lo que ha permitido mantener la calma económica en el estado, a pesar de las tensiones globales relacionadas con los aranceles.
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